Es lunes ¿y qué? Te invito a hacer una mirada en positivo todos los lunes para afrontar con ganas la semana. ¡Te espero!
No es fácil ser valiente. Es como asomarse a un acantilado y dar un paso atrás, por inercia, porque da vértigo. Pero la sensación de vértigo puede ser ese arranque te lleve a continuar. Pero no para saltar al vacío, si no para darte la vuelta y seguir el camino con la seguridad de saber lo que quieres. O, al menos, tener muy claro lo que no.
No hace falta ser un héroe para ser valiente. Eres valiente si te enfrentas a un temor, si te curas una cicatriz o si consigues saltar un charco sin caerte dentro. También lo eres cuando te levantas con una sonrisa tras haberte caído, y empapado, e incluso tras hacerte daño con el golpe. Eres valiente.
La gente valiente es gente bonita. Consigue sacarte una sonrisa cuando menos te lo esperas porque despiertan tu admiración. La miras, la escuchas, y sientes que estás ante alguien especial. Quizá haya hecho algo grande, o quizá haya alcanzado una meta personal imprescindible, también así se es valiente.
Se es valiente cuando se tienen ganas, cuando se tiene actitud ante algo, cuando se sonríe cuando no se tienen motivos, y se llora cuando se tienen más ganas todavía. Nadie es valiente por casualidad. Porque unas veces se gana y otras veces, se aprende.
Sonríe cuando te encuentres un valiente, no un valiente de palabra o pose, un valiente de los de verdad. Y, recuerda, un valiente nunca dirá que lo es.