Es lunes ¿y qué? Te invito a hacer una mirada en positivo todos los lunes para afrontar con ganas la semana. ¡Te espero!
Hoy me miro el brazo y sonrío. Recuerdo que notaba los pinchazos pero no había dolor. Si levantaba la mirada las veía a ellas observándome, con los ojos brillantes. Sabíamos que era un día especial, más especial, si cabe, que cualquiera que podamos compartir. Y era difícil que cupiese. Pero cabía. Cabía en mi (nuestra) piel, literalmente.
Me miro el brazo y sonrío. Sonrío porque recuerdo una de esas mañanas que sabes que nunca olvidarás. Y no porque la lleves escrita en tu brazo, si no porque está grabada en tu retina. Una casa especial, una persona especial que te recibe con cariño y tres amigas que recorren un pasillo cogidas de la mano. Un playmobil de Elvis nos mira divertido.
Me miro el brazo y sonrío. Sé que era lo que quería. Y quería saber que lo era. El playmobil nos despide y se cierra una puerta vieja dejando atrás un momento único que será nuestro para siempre. Después, más risas, abrazos, emoción. Latiendo fuerte.
Sonríe cuando hagas lo que deseas, cuando cumplas un sueño, sonríe porque lo compartes, sonríe cuando alguien no lo entienda, sonríe cuando te mires un brazo o abras una ventana. Sonríe cuando sepas que lo que haces es lo que quieres hacer, cuando alcanzas un objetivo, cuando lloras mientras te aprietan fuerte la mano, cuando descubres la magia. Incluso en tu brazo.
Pingback: Lo que me hace sonreír. Los detalles. | Soplando pompas de jabón
Pingback: Lo que me hace sonreír. Los regalos. | Soplando pompas de jabón